ElEspañol escribió:
Uno de los hermanos Romero se sentará en el banquillo por secuestro, amenazas y extorsión
El juzgado de instrucción número 10 de Bilbao abre juicio oral contra el empresario Óscar Romero y otras cuatro personas. Están acusados de retener al propietario de una vivienda a punta de pistola. El principal encausado es hermano de Fernando Romero, presidente de EIDF
10 octubre, 2024 05:00
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La acusación de la Fiscalía que ha propiciado la apertura del juicio señala que Romero y sus colaboradores habrían retenido y extorsionado al hombre que les había alquilado una casa sita en el centro de Bilbao. La historia no tiene desperdicio.
Tal y como consta en el auto que obra en poder de este periódico, en julio de 2018 el mayor de los hermanos Romero alquiló una vivienda en la calle Hurtado de Amezaga de Bilbao por la que pagaría 2.200 euros al mes.
El alquiler incluía una opción de compra del inmueble por valor de 675.000 euros que tendría que cerrarse en un plazo de dos años. El propietario de la vivienda era J. A. M..
Romero entregó 92.000 euros en concepto de arras. El contrato también incluía una cláusula de penalización: si al finalizar el plazo de dos años Romero no formalizaba la compraventa, perdería las cantidades ya entregadas; y si era J.A. quien no aceptaba vender, tendría que entregar a su arrendatario 180.000 euros.
Ambas partes quedaron para acudir el 30 de julio de 2020 a una notaría donde formalizarían la compraventa. En paralelo, siempre según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, los encausados empezaron a vigilar al propietario de la vivienda. Controlaron sus rutinas, su domicilio, sus vehículos y su lugar de trabajo. Tenían un plan para que el dueño del inmueble no acudiera a la firma de la hipoteca.
Días antes de la fecha acordada, Óscar Romero manifestó al propietario que no podría acudir a la rúbrica de la operación porque tenía una reunión en Madrid. En su lugar, apoderaba a Arkaitz Martín Dehesa, su socio de negocios, para realizar la operación en su nombre.
Este último, uno de los ahora encausados, quedó con el dueño del piso en el Bar Zurekin de la calle Diputación de Bilbao a las 11.00 del día señalado. Cuando el propietario llegó, le esperaba el propio Romero, en contra de lo previsto.
El secuestro
De allí ambos se trasladaron a la vivienda de la calle Hurtado de Amezaga. Nada más entrar al domicilio, otros compinches que ahora irán al banquillo, Arkaitz Lozano Hurtado, Mikel Alonso de Guzmán y otra persona que no ha podido ser localizada, se abalanzaron sobre el propietario, J.A., lo empujaron hasta el sofá, lo tumbaron boca abajo, le sujetaron y finalmente le ataron de pies y manos con bridas. Después lo amordazaron y le apuntaron con una pistola a la sien.
Los miembros de la trama sustrajeron el móvil y el dinero al secuestrado. Amenazaron con matarle si se resistía. El propio Romero, según la Fiscalía, espetó al propietario que "no te resistas, va a ser peor". Luego lo trasladaron al baño. Y allí lo mantuvieron encapuchado.
Transcurridas unas horas, justo el tiempo necesario para que el dueño no pudiera acudir a la notaría para firmar la compraventa, los secuestradores indicaron al propietario de la vivienda que subiese al último piso del edificio, se tumbase boca abajo, contase hasta cien y se marchase a casa sin contar a nadie lo que había pasado.
Eso sí, según el relato del Ministerio Público, tras desatarle las bridas y quitarle la mordaza le amenazaron. Mientras le apuntaban con la pistola, le enseñaron fotografías suyas, de su familia, incluida una de su hijo, que habían obtenido en los días previos de vigilancia.
Tiempo después, en abril de 2021, Óscar Romero inició un procedimiento civil para reclamar al propietario del inmueble que le pagase los 180.000 euros que constaban en las cláusulas del contrato. El motivo de dicha reclamación era, claro está, que no había acudido a la notaría el día de la compraventa.
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